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Seguramente lo has visto cientos de veces en películas y quizás te has cruzado con ese momentazo en la calle. Pero, ¿alguna vez te has preguntado porque la gente se arrodilla al pedir matrimonio a su pareja?
Ya desde pequeños relacionamos este gesto con una declaración de amor, pero ¿de dónde viene? Se trata de un gesto que proviene de la Edad Medieval, cuando los súbditos demostraban el respeto y fidelidad a su señor feudal y a la nobleza mediante una genuflexión y reverencia. ¿Algún/a seguidor de Juego de Tronos que le suene?
Tratándose de una época muy jerárquica y masculina, hincar la rodilla ante una mujer era una seña de sumisión, donde el hombre demostraba entregar su corazón y prometía monogamia.
Quizás se podría pensar que fue un gesto derivado de la devoción religiosa, ya que en gran parte de las culturas y religiones se reza y alaba al Dios de rodillas. En el caso de las pedidas de matrimonio solo se hinca una rodilla, podría haber sido para no igualar o menospreciar la reverencia a Dios; o bien relacionarlo con el gran peso que tenían los ropajes y armaduras de entonces, puesto que sería muy difícil volver a ponerse de pie.
Fuera como fuere, es un gesto que a día de hoy seguimos teniendo muy presente y relacionamos con el romanticismo. Tanto que la gran mayoría de las pedidas lo incluyen casi automáticamente, y en el momento de compartir las noticia del nuevo compromiso suele surgir la pregunta sobre si “¿Hincó rodilla?”.
¿Qué opinas de esta tradición? ¿Estuvo o te gustaría que estuviera presente en vuestra pedida?
S todavía estás pensando en pedir la mano, te recomendamos leer nuestro post sobre los aspectos a valorar antes de hacer la gran pregunta.
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The Engagers